AUTONOMÍA Y HETERONOMÍA EN LA POLÍTICA
«La noción de la Política pública lleva a la connotación de acción y entonces pasa a ser definida como una parte de un proceso general, junto con la clarificación de metas, la definición del caso y la determinación de los medios óptimos para efectuar la acción decidida.»
Por JOSÉ MANUEL ROJAS CALDERÓN
Nos encontramos en una época de permanente evolución y controversia que ha convertido las determinaciones en decisiones pasajeras o cambiantes sin que hayan sido objeto de un examen riguroso y más bien centrada en el vaivén de los acontecimientos, se podría decir que prácticamente en ninguna de ellas se tiene la autonomía suficienteparaque sea optada, sino que más bien se fundamenta en el interés de ciertos grupos o el querer de los demás se acuerdo a las circunstancias, es decir que con su bajo análisis termina siendo una mixtura de decisiones sin coherencia y con muchos resultados ajenos a lo que se pretendía hacer.
La autonomía es un concepto moderno, procedente de la filosofía y, más recientemente, de la psicología, que se entiende como la capacidad de las personas para tomar decisiones libres e informadas sobre sus vidas, de manera que el poder ser y hacer está en función de las propias aspiraciones y deseos de quien se considera autónomo y, expresa la capacidad de cada persona para darse reglas a sí misma, o de tomar decisiones sin intervención ni influencias externas, en otros términos es la regulación de la conducta por normas que surgen del propio individuo. Siendo Autónomo, se decide conscientemente qué reglas son las que van a guiar en su su comportamiento y por lo consiguiente debe atenerse a los resultados. Tener autonomía quiere decir ser capaz de hacer lo que uno cree que se debe hacer, pero no sólo eso, es también asumir con responsabilidad las consecuencias de sus actos.
Asumir una conducta, cualquiera que sea y a plenitud de conocimiento, determina que antes de considerar la decisión, se debe tamizar, con pensamiento crítico, todas las perspectivas a que haya lugar para que después de las consideraciones se asuma una posición definida y gobernar así la propia conducta con una seguridad suficiente, que no de lugar a que sean otros los que gobiernen continuamente los propios actos mediante ordenes e instrucciones para saber los pasos que se deben seguir y que normas de comportamiento son aplicables al individuo o a una colectividad. En términos generales la autonomía se aprende y se adquiere mediante su ejercicio, mediante el aprendizaje propio y de la interacción social y es un ejercicio directo de cada persona y desde luego debe llevar su propio control.
Según Edward Deci, un reconocido investigador de la motivación humana, la independencia significa “hacer las cosas por ti mismo sin depender de los demás”. En cambio, autonomía es “la capacidad de actuar libremente y de elegir nuestras opciones”. Así mismo, la autonomía, en concepto introducido por Kant en la ética; etimológicamente significa la capacidad de darse a uno mismo las leyes.
Ahora bien, al respetar la autonomía de una persona se reconoce la debida atención puesta, su capacidad cognitiva y preferencias, incluyendo su derecho a sostener ciertos puntos de vista, realizar determinadas elecciones y seguir ciertas acciones basadas en los propios valores y creencias.
El momento político en que se halla el país, amerita, considerar la autonomía individual y colectiva para determinar la toma de decisiones respecto a la selección de dignatarios y miembros de cuerpos colegiados y por lo consiguiente en el diseño de políticas públicas. Aquí se encuentra el meollo del asunto con preguntas como: ¿Que necesidades tengo yo o el colectivo al que pertenezco?, ¿Qué es lo prioritario de acuerdo a los consensos que se hagan?, ¿estoy en condiciones de participar en la solución de los problemas como o persona o a través de un candidato?, ¿Qué proponen los candidatos? ¿A quién debo elegir? Y muchas otras cuestiones que permitan tomar una decisión autónoma, esto es con conocimiento de causa y no dejándome llevar por el vaivén de los acontecimientos o los intereses de particulares de cualquier índole y a cualquier título.
No dar respuesta a una o varias de las preguntas formuladas da lugar a la existencia de la heteronomía, que es un concepto que se aplica a un ser que vive según reglas que le son impuestas, y que en el caso del ser humano se soportan contra la propia voluntad o con cierto grado de indiferencia. Según Cornelius Castoriadis, se distingue el dominio de la heteronomía de la autonomía en la ausencia de autonomía de la voluntad, que se rige por un poder o una ley externos. Una persona heterónoma es aquella que vive de acuerdo con las normas que terceros le imponen, sin pensar por sí misma o sin tomar decisiones por su propia voluntad. Por ejemplo, de cierto modo, una persona presa en su propia condición, puede ser un heterónomo de cierta manera dada la dependencia y sumisión del individuo cuya conducta se encuentra bajo el control de una tercera persona o agente externo. En consecuencia, heteronomía es todo lo contrario de autonomía.
Pero la importancia de la autonomía en la toma de decisiones, está además de la elección del candidato en los cuestionamientos y en abrir espacios de debate en donde expresen sus opiniones, dudas y certezas que haga más fuerte el sentimiento de pertenencia, la empatía y los hará partícipes de su propia vida, de su propio aprendizaje. Es aquí en donde deben aparecer las políticas públicas como construcción individual y colectiva.
La noción de la Política pública lleva a la connotación de acción y entonces pasa a ser definida como una parte de un proceso general, junto con la clarificación de metas, la definición del caso y la determinación de los medios óptimos para efectuar la acción decidida.
Hoy por hoy, de acuerdo a Alejo Vargas Velázquez, “se tiene el concepto de la Política Pública, como el patrón de acción que resuelve demandadas conflictivas o prevé incentivos a la corporación”. Esto es, que si se tienen unos problemas públicos que inciden en el gobierno, se entiende que la política pública está integrada por unos propósitos, programas, decisiones y efectos, es decir, por flujos de acciones gubernamentales alimentadas por la búsqueda de objetivos que debieron derivarse a partir de la autonomía del individuo o del colectivo que en todo caso debió ser partícipe de su formulación.
Como es de esperarse a partir de esta definición se tienen, entonces una serie de actores que participan en el proceso de la formulación de las políticas públicas y los cuales surgen desde los grupos de interés quienes tienen una necesidad la cual aspiran satisfacer, unos decisores políticos quienes retoman las aspiraciones bien sea de la sociedad o de los grupos de presión y las formulan a través de una política pública de índole económica o social o ambas que se concibe con unos lineamientos generales y se expresan a través de una Ley o una reglamentación específica , unos ejecutores que para el efecto son los administradores públicos (gobierno) y finalmente unos grupos objetivo de la Ley u otros grupos que pueden verse igualmente afectados.
Así mismo, todo aspecto relacionado con políticas públicas, ameritan alguna evaluación dada por el hecho mismo de que se está afectando a la sociedad y porque suele suceder que una política puede generar el efecto contrario de lo que se esperaba a solucionar.
Además, las políticas públicas afectan al individuo o al colectivo que son sectores importantes de la población que van desde quienes están afectados, hasta quienes hacen sus aportes a través de sus contribuciones, independientemente de los ejecutores de las mismas, responsables necesarios de las mismas y a quienes se le debe evaluar en su gestión. A partir de estos elementos se tiene que la evaluación debe versar sobre:
- Los recursos públicos y su aplicación que requieren de una vigilancia especial porque pertenecen a toda la sociedad. Esto hace que los escasos recursos se apliquen con máximo de eficiencia y con alto grado de efectividad.
- Se considera que el sector gubernamental es más ineficiente que el sector privado.
- A medida que el Estado se expande, se multiplica la competencia entre entidades estatales por los recursos públicos y con la evaluación se puede tener un criterio de distribución.
- Los organismos encargados de la asignación de recursos presupuestales están interesados en conocer el tipo de apropiaciones que sean más efectivas en la consecución de objetivos.
La autonomía en la política considera entonces la facultad del individuo, de la sociedad y de los entes territoriales para darse leyes a sí mismos y otorgarse propias autoridades, con independencia de entes externos y conlleva elementos, tales como elegir las autoridades y capacidad de sus gobiernos para diseñar políticas públicas.
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[1] JOSE MANUEL ROJAS CALDERON, Ingeniero en Transportes y Vías, Especialista en Gestión Pública y en Procesos de Auditoría, Docente de la Fundación Universitaria de Boyacá y de la Escuela Superior de Administración Pública -Territorial Boyacá Casanare -, ex funcionario de la Contraloría General de la República – Gerencia Departamental Boyacá -, articulista de las Revista Paso a Paso de la ESAP y de la revista de la Universidad Juan de Castellanos, y del periódico Cabos y Puntas y participante como consultor y conferencista de la OLACEFS en las Repúblicas de El Salvador y de Honduras.