Comparto interesante escrito enviado por nuestra colaboradora Ana Sofía Mojica Fuentes para reflexión.

Comparto este texto que nos explica la relación entre el mundo espiritual y el mundo material. La importancia de alcanzar en cada reencarnación un escalón en el progreso.

ENTRE LOS DOS MUNDOS.

Diariamente se sumergen en la neblina carnal millares de espíritus bendecidos por la sublime dádiva de volver a empezar.
Simultáneamente, otros tantos abandonan la envoltura física, llevando consigo las experiencias vividas durante la trayectoria orgánica…
Espíritus inmortales, viajamos en sucesivas experiencias fisiológicas a partir del primitivismo del que procedemos rumbo a la plenitud que nos está destinada.
Atávicamente dependientes de las inclinaciones y las aptitudes desarrolladas, repetimos casi siempre los procesos a los que nos hemos amoldado, sin grandes estímulos para proseguir.
Es entonces cuando el sufrimiento, en su condición de pulidor de aristas morales, se manifiesta para convocarnos a un cambio de comportamiento que propicie bienestar y armonía, aunque no siempre es aceptado como sería de desear, debido a las sensaciones desagradables y a los límites de acción que impone, generando rebeldía e insatisfacción…
Tras los estertores de la rebeldía, ante la imposibilidad de remover ese incómodo proceso educativo, se aflojan nuestras resistencias y surge la comprensión necesaria para aceptar tal circunstancia, que se transforma en un beneficio anhelado.
En el ínterin, se producen desvaríos, surgen culpas, se aspira a la libertad, en un calidoscopio de sucesos que definirán los rumbos de las existencias futuras.
Con todo, es imposible huir del proceso de crecimiento impuesto por las soberanas leyes de la vida . Todo nace para transformarse; muere en la forma y permanece en la esencia…
No existe estancamiento en el universo, y en el camino de la evolución no hay retroceso, pues siempre se presentan recursos para mejorar y crecer.
El mundo físico es bendito campo de aprendizaje y de experimentación de los dones que se encuentran en germen, a la espera de que los factores que propician su surgimiento y su progreso impongan su poderosa acción. Es transitorio, de efímera duración, con una finalidad específica establecida por la Divinidad.
El mundo espiritual es permanente, real, causal. En él se origina la vida y hacia él retorna después de los procesos de adelanto intelectual y moral.
Entre esas dos dimensiones existe un movimiento ininterrumpido de seres espirituales, en continuo intercambio
Es muy difícil decir, pues, que son dos mundos diferentes. Más apropiado es afirmar que se trata de dos dimensiones, cada una de las cuales posee una constitución específica . Una de ellas es la condensación de la energía que se presenta como materia, y la otra es de naturaleza cósmica, especial, de la que surgen aquellas condensaciones orgánicas y objetivas.
Entre una y otra, existen innumerables esferas con su propia constitución, en las cuales la vida se expresa de manera específica y compatible con la finalidad para la cual fueron elaboradas…
Esas esferas, constituidas por vibraciones específicas, sirven como lugares de recuperación, como hospitales transitorios donde se albergan los recien desencarnados que no han podido alcanzar zonas espirituales más elevadas, como núcleos de sufrimientos compatibles con las experiencia desdichadas a que se entregaron aquellos que son atraidos por la afinidad de ondas mentales y morales .
A mayor distancia de la corteza terrestre, de respira una psicoesfera superior, que antecede a las regiones felices, mientras que, más próximas, permanecen las condensaciones de energía eliminada por los pensamientos, las aspiraciones y las vivencias embrutecidas de los que prosigue aprisionados en sus complejos meandros de sombra y dolor, de rebeldía y de insensatez, de odio y de pesar.
En ese incesante ir y venir de los espíritus en su afán evolutivo… cada uno genera un campo emocional de identificación con una esfera equivalente entre los dos mundos, en la que habita a partir de esa momento, a través de la nutricion ideológica que mantiene.
Por eso la ascensión se efectúa pasó a paso, o se conquista por asalto, cuando existe la resolución de modificar definitivamente la manera de encarar la existencia, para entregarse a los objetivos sublimes que aguardan a todos…

Manuel Philomeno de Miranda.
Divaldo Pereira Franco.